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bautismo, Paulino y su mujer se retiran a la soledad en España. Paulino proyecta
volver a Nola, pero el obispo de Barcelona le ordena sacerdote, quizás con la idea
de que se quedase en España. Pero perseveró en su proyecto y vuelve a Nola
donde con su mujer vive durante 35 años, cerca de la tumba de san Félix. En torno
a ellos se forman dos comunidades pequeñas: una masculina y otra femenina.
Paulino llega a obispo. De carácter amable, mantiene correspondencia con
Jerónimo, Rufino y Agustín. Sin ser teólogo ni exegeta, transparenta en sus
escritos una experiencia espiritual. La vida monástica que lleva es bastante
próxima a la del obispo de Hipona, vinculada a la vida clerical: el superior del
monasterio es también el obispo de la ciudad.
4. Los Padres del Jura
En el Jura, CONDAT (hoy Saint-Claude) fue fundado por Romano en 435.
La  Vida de los Padres del Jura nos muestra el nacimiento y crecimiento de una
comunidad y la evolución de sus instituciones a través de tres de sus abades:
Romano, Lupicino y Oyend.
Romano, propietario de un gran terreno en el Jura, se formó primero en
Lion, donde había aportado un documento legislativo. Comenzó viviendo solo
bajo un gran abeto, en la confluencia de dos pequeños ríos: (confluencia =
Condat). Luego, al acudir discípulos, se estableció en un lugar más llano y más
fácilmente cultivable. Fue ordenado sacerdote en 444. Romano era un hombre
muy pacífico, modesto, dulce, misericordioso, acogedor. Su doctrina espiritual era
la de permanecer muy puro, de no tener idea del mal.
A Romano le sucede su hermano: Lupicino, de un temperamento opuesto:
austero, firme, exigente en la disciplina, severo con los orgullosos y los
obstinados, pero tiene el sentido de la educación y sabe ser bueno. También
acuden candidatos y debe fundar otro monasterio: Lacome. Allí murió hacia 480.
Por su parte la hermana de Romano y Lupicino había fundado otro
monasterio de monjas en La Balme.
Después de Lupicino, Oyend consuma la legislación existente, hacia el 500.
Introduce la lectura en el refectorio y el dormitorio común. La reforma del abad
Oyend se presenta como una adaptación de las reglas orientales, sobre todo las
pacomianas, al temperamento galo  en función del clima del país y las exigencias
del trabajo .
Un punto interesante: se considera al monacato como un don a la Iglesia
bajo la inspiración del Verbo divino (12).
También se desarrolla un monacato urbano en las diferentes ciudades de
Galia: Rouen, Toulouse, Auxerre, Vienne, Dijon.
II. El Monacato Provenzal
1. Marsella
Puerto comercial, abierto a influencias externas, Marsella conoció pronto a
los monjes. Hacia los años 400, Paulino de Nola señala a una  fraternidad . Diez
años más tarde Jerónimo escribe a los marselleses deseosos de entrar en religión.
Le envía al obispo Próculo. Marsella estaba, pues, preparada para recibir a Juan
Casiano y su doctrina.
Ya hemos estudiado a Casiano que tanto influyó en san Benito. Si Casiano
no ha introducido el monacato en Galia, entrega por escrito su enseñanza
monástica que dedicó a los obispos galos. Sus Conferencias fueron muy
ponderadas, aportando al monacato galo la doctrina que le faltaba.
Quizás fundó dos monasterios en Marsella; uno de varones (San Victor), y
otro de mujeres (San Salvador). Aunque ya existía antes el monasterio de Lerins.
2. Lerins
Este monasterio de Lerins, núcleo de un centro monástico muy importante
en su época, se fundó hacia 410. Con Ligugé, es el más antiguo de los monasterios
actuales donde sigue habiendo monjes.
Lo hicieron famoso grandes personalidades:
HONORATO Su fundador. Nacido en Galia-Bélgica hacia 365, se retiró a
Cannes donde lleva una vida de asceta solitario. Después de varias
peregrinaciones a Grecia, acabo por retirarse a una gruta del Esterel y Luego hacia
410 a la isla de Lerins, entonces infestada de serpientes. Acoge a numerosos
discípulos entre ellos uno de sus parientes próximos: Hilario, que escribirá su
vida. Elegido en 428 obispo de Arles, solo lo ejerció dos años pues muere en 430.
Fundó otro monasterio en una isla del Ródano.
HILARIO DE ARLES: Entró en Lerins, Hilario acompañó a Honorato a
Arlés, donde fue elegido para sucederle como obispo. Arlés era entonces una
provincia cuya jurisdición englobaba más de 25 obispados de Provenza.Hilario
hizo el elogio fúnebre de Honortao, describiendo lo que es la vida monástica.
Aparecen en esta  Vita los temas tradicionales. La vida monástica se define
como un servicio a Dios.
Hilario se señaló por su gran bondad. Murió en 449 a los 48 años.
EUJERIO DE LION
Eujerio, de familia distinguida y culta, se casó y tuvo dos hijos. Los esposos
se convirtieron, confiaron sus hijos a los monjes de Lerins y se construyeron cada
uno una hermita en una isla cercana a Lerins. Eujerio llegó a ser obispo de Lion
poco después de 432 y murió hacia 450. Sus dos hijos también llegarán a obispos.
Un poco más tarde:
CESÁREO DE ARLÉS
Cesáreo nació en 470 cerca de Châlon-sur-Saône. Muy joven partió hacia
Egipto, atraído por la fama de la tierra de los monjes. Llegado a Marsella, se
embarcó y...desembarcó en Lerins. Tenía unos 20 años y se quedó unos diez.
Habiendo caído enfermo, le envían a cuidarse a Arlés. Allí le ordenan de
diácono, luego sacerdote le envían como abad a Trinquetaille. Al final le hacen
obispo de Arlés, donde fundó el monasterio de monjas de San Juan. Redacta una
regla para dicho monasterio, lo hace en dos tiempos apoyándose en las
 orientales y en la de Agustín. Hacia el final de su vida, redactará otra regla para
los monjes, que es un resumen de la Regla para vírgenes.
Otras figuras dignas de mención: LOUP quien después de abrazar la vida
monástica en Lerins, entra en sdan Victor de Marsella donde es ordenado
sacerdote; VICENTE de Lerins que, aunque no llegó a obispo es un verdadera
teólogo; compuso diversas obras, entre las cuales su commonitorium (ayuda-
memoria) donde resalta la importancia de consultar a la vez la Escritura y los
Padres. Todavía hoy es garante de la autoridad de los Padres de la Iglesia.
Con esto vemos la importancia del monacato provenzal. Lerins jugará en
Occidente el mismo papel  mítico que Egipto en los siglos cuarto y quinto.
La Obra monástica de Cesáreo
La Regla de las Vírgenes se sitúa en el centro de la obra monástica de
Cesáreo, después de los sermones a los monjes y antes de la Regla de los monjes.
Estos tres escritos no son los únicos de Cesáreo, pero son los tres principales que
se completan. Aquí aflora más la espiritualidad que las otras Reglas occidentales.
Los seis Sermones a los monjes suponen monjes perfectos; pero Cesáreo
les pone en guardia contra el peligro de creer que ya han  llegado a la perfección.
Incluso en un puerto tranquilo, un navío puede naufragar o por diminutas
infiltraciones de agua continuas (los pecadillos), o por el viento repentino del
orgullo. Recordemos que en la tradición anterior el orgullo es el más tenaz de de
los  pensamientos , el pecado de los perfectos.
Cesáreo insiste, pues, en la humildad y en la obediencia que son las alas del
alma. La caridad le es inseparable: humildad, obediencia, caridad, es el trío de
virtudes del monje. El cenobita debe dar ejemplo de ello a todos los hermanos.
La Regla de las Vírgenes trata poco de estas tres virtudes cenobíticas, pero
insiste en las actitudes de separación del mundo. Las primeras palabras son para
decir que la virgen que entra en el monasterio no saldrá más (1), y Cesáreo insiste
en la clausura estricta. Tal separación del mundo se traducirá sobre todo en dos
virtudes: la pobreza y la castidad. Después de tratar de diversas observancias
particulares: medida en la comida y bebida, calidad del vestido, lectura y oración,
la Regla bosqueja un horario monástico.
El tono de esta carta es personal, concisa, afectuosamente apasionada.
El tono de la Regla de los monjes es más neutro. Se trata del resumen de la
gran obra para las monjas. Sin embargo es un empedrado de citas bíblicas nuevas [ Pobierz caÅ‚ość w formacie PDF ]

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