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 ...arrancara la baera e instalara una mesa de dados. Claro que tendra que
cambiar un poco las reglas de la casa, puesto que todas las tiradas daran un siete, pero...
Estaba hablando a una puerta abierta Coleman haba atravesado el pasillo con pasos
inseguros V se haba desplomado en un sillón de la sala de estar. Desde el cuarto de
bao, Wickes le oyó gemir dbilmente.
 Este es el mejor de todos los mundos posi
bles  dijo la bomba con tono dogmtico.
 De verdad?  preguntó Wickes.
 Oh, claro que s. Tiene que serlo; me apuesto lo que sea  retó con presunción.
Entonces empezó a cantar de nuevo.
 Es que no puedes cantar otra cosa ms que Frankie y Johnnie?  preguntó Wickes.
 Esto era Down by the Od Mili Stream.
 Pareca Frankie y Johnnie.
 Qu falta de educación!  resopló la bomba . Indudablemente, ste es el mejor de
todos los mundos posibles  aadió al cabo de un momento.
 Por qu?  inquirió Wickes.
 Oh, porque s.
 Pues no es verdad, sabes? En realidad, es un mundo inferior.
 No lo es! Tiene que ser el mejor!
 Me temo que no lo sea.
 Mentiras, mentiras!  exclamó apasionadamente la bomba . Te dar ventaja...,
cualquier ventaja.
 Para apostar?
 Naturalmente! No te atreves?
 Por qu tiene que ser el mejor de todos los mundos posibles?
 Apuestas o no apuestas?
 Por qu el mejor de todos los mundos posibles?  insistió Wickes.
La bomba guardó silencio. Despus empezó a canturrear en un crescendo estridente.
Wickes se dirigió al salón. Coleman estaba hundido en un sillón, con la cabeza entre las
manos.
 Frankie y Johnnie?  preguntó dbilmente.
 Down by the Od Mill Stream  le dijo Wickes.
 Mairzy Doats  corrigió la bomba desde el cuarto de bao.
 Sabe que esto puede volver loco a cualquiera?  dijo Wickes.
 Por qu no aceptaba la apuesta?  preguntó sarcsticamente Coleman.
 Sobran las ironas. Adems, yo nunca apuesto. Por otro lado, esa bobada puede ser
importante.
 En qu sentido?
 Bueno, pueden deducirse ciertas cosas acerca de una sociedad cuyas mquinas son
aficionadas a los juegos de azar.
 S  repuso Coleman . Quiz ese universo haya sido conquistado por una raza de
bandidos de un solo brazo procedentes de Las Vegas1.
 No es nada improbable  dijo Wickes . Excepto que ste no tiene brazos. Sea
como fuere, el mundo de la bomba sabe mucho ms que nosotros sobre probabilidades.
 Ya ha descubierto la lógica interna?  se burló Coleman.
 Exactamente  dijo Wickes con sorprendida aprobación . Ni yo mismo hubiera
podido explicarlo mejor.
1
Alusión irónica a las mquinas de apuestas instaladas en los casinos de Las Vegas, que funcionan mediante una
palanca lateral que parece un brazo.
- - 47
Wickes se sentó en una silla y se miró fijamente las puntas de los zapatos negros. Al
cabo de un momento se levantó y fue hacia el telfono que haba sobre la mesa cercana
al sillón de Co-. lemn.
 Ya era hora  observó agriamente Coleman.
 Bah!  dijo Wickes.
Marcó un nmero y habló unos momentos. Despus marcó otro nmero. Tras una corta
y lenta conversación, colgó triunfalmente el telfono.
 Aja!  dijo.
 Aja?  inquirió Coleman . Aja?
 S, aja. He hablado con el director del programa de la WWVI. Ahora tienen puesto un
tocadiscos.
 Con una bomba a punto de explotar  exclamó Coleman , l llama para solicitar un
disco. Qu ha pedido? Mairzy Doats?
 Esto sobraba. Acaban de tocarlo. Y antes, Down by de Old Mill Stream. Y antes...
 Frankie y Johnnie?
 Exactamente. Veo que entiende mis mtodos.
 S  repuso dbilmente Coleman desplomndose nuevamente en el sillón.
 Ahora he de irme  dijo Wickes.
 Con la bomba en el cuarto de bao? Y yo?
 Bueno, usted puede leerle un rato  sugirió Wickes.
Coleman siguió con la vista a Wickes mientras ste se acercaba a una librera situada
junto a la puerta y miraba los ttulos. Escogió un libro y se lo dio a Coleman.
 Este  dijo.
 Crimen y castigo?
 Un libro delicioso  dijo Wickes . Tan lleno de..., de...  agitó una mano con
indecisión . De weltschmerz. Oh, s  dijo junto a la puerta . Si ste le aburre, empiece,
Los siete que fueron ahorcados. Un poco de morbosidad siempre es conveniente...,
incluso para una bomba.
Y cerró la puerta con la debida consideración.
Tras dejar a Coleman, Wickes anduvo varias manzanas, sumido en sus pensamientos.
Llegó a la conclusión de que aquella situación tena sus puntos intrigantes. El mayor
problema era el punto de contacto. Evidentemente no se obtendra nada limitndose a
desconectar la bomba. La organización desconocida de teraputicos que la haban
Puesto all volvera a intentarlo, quiz con ms xito.
Pero cómo actuar contra aquellas mentes caprichosas en ana apuesta imposible de
adivinar? Era como el tatarabuelo actuando contra el cliente de Wickes aficionado al
psicoanlisis.
La palanca..., si por lo menos hubiera alguna palanca. Pero sólo haba una bomba con
un optimismo excesivo y una fiebre de juego inconfesable, as como la costumbre de
codificar canciones populares. [ Pobierz całość w formacie PDF ]

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